viernes, 30 de mayo de 2014

Reset

¿Nunca habéis estado jugando en la consola y al ir perdiendo habéis apagado la consola para volver a empezar?

Eso es lo que quiero hacer. Empezar de nuevo sin tener que arrastrar todos los actos y las personas del pasado.
La mente de la gente cambia y en un momento de tu vida te encuentras rodeado de personas con las que no tienes nada de lo que hablar. 
A muchos les da miedo conocer gente nueva.
Yo lo hice hace dos años. Lo semi-hice. He conocido a otras personas y he aprendido a apreciar lo que tengo.
Me quedan tres semanas con esas personas y en verdad no hay cosa que desee más.
Durante los aproximadamente 600 días que he pasado con gente completamente nueva me he dado cuenta de cómo soy y qué hacer con mi vida.
Y eso necesita un Reset.

sábado, 3 de mayo de 2014

Siempre nos quedará París




Hace una semana estaba a más de mil kilómetros de mi casa.
Dos días de autobús, horas andando, comida rara y muchas, demasiadas risas.
Era otro mundo. He podido ver lo tranquilos que estamos en los pueblos. Ahí la gente vive a cien y a penas sonríe. Si quieres comer bien, pagas un dineral y sino comes lo mismo durante el resto de tu vida.
No he parado de preguntarme si los parisinos se dan cuenta de lo bonita que es su ciudad. Con sus calles gigantes, graffitis de colores y monumentos históricas a cada esquina. Todo eso coronado por la Torre Eiffel, sombrero de bruja gigante que, al caer la noche se ilumina y a medianoche centellea haciéndonos sentir como si fuese Nochevieja.
Disneyland es un mundo aparte. Aunque me lo imaginaba más mágico. En la tele te lo venden con los muñecos en la calle, hablando contigo y echándose fotos. Pero una vez ahí tienes que elegir entre entrar en un parque u otro, hacer colas de diez años y pagar para poder ver a los personajes y echarte fotos con ellos. Aunque estoy feliz por haber podido ver a Peter Pan, aunque sea de lejos.
Pero París no es Francia. Es más, los franceses afirman que "los parisinos no son como los demás".

Hemos estado en Poitiers visitando el Futuroscope. Me ha gustado aún más que Disney.
Menos conocido y con colas más cortas, pero no por eso es peor. Tiene una gran cantidad de atracciones de calidad, una de ellas del Principito (he muerto de amor) y otra también muy buena de los Minimoys en 4D.

Pero finalmente estoy contenta de volver a dormir más de cuatro horas por noche.



Saludos, niños perdidos.

miércoles, 30 de abril de 2014

Recuerdo que te dije "soy un caso extraño"

-Eres rara.
-Y tú común.
Soy rara. Soy rara entre las raras.Me explico, lo que se considera (yo no) la típica rara es la que está sentada sola, la única que atiende y responde al maestro, las demás niñas miran de reojo y se callan cuando llega. Lo que en otras zonas se diría la empollona.
Pues yo no sufro ese tipo de rareza.
Lo mio es quizás más cercano a la locura que asusta a la gente de pueblo, que no está acostumbrada a salirse del camino marcado, que rareza.
Me gusta leer desde pequeña, escuchar música diferente al flamenqueo al que se está acostumbrado, aspiro a algo muy lejano a ser abogada, médica o maestra y no soy fiestera.
Me llaman rara quizás por el hecho de ir rapada, cambiar de color de pelo cada X tiempo y no vestirme como las demás.
Me gusta la fiesta, claro. Pero para mí una fiesta no significa 20 cubatas con música electrónica en un lugar donde no te puedes ni mover donde lo importante es echarse fotos y rozar el coma etílico.
Estudio lo justo y aún así mis notas son mayores que las de personas que estudian el triple. A ese hecho no le puedo dar explicación.
Mi aspiración es ser tatuadora o perderme en una gran ciudad dibujando a la gente. No pido brillar. El brillo desgasta y se acaba apagando.
En alguna que otra ciudad de tamaño importante sería una persona normal y rodeada de demás personas como yo, y quizás estaría más feliz.
Pero aquí soy una pieza de colección. Nunca fue algo malo



Todo esto para decir que la palabra "raro" es un árbol con varias ramas que pueden tener poco en común.




domingo, 20 de abril de 2014

"Tierra desconocida"

"¿Para qué viajar a otro país si no hemos visto ni la mitad del nuestro?"



He aquí la duda de la gran mayoría de los diecisiete temerosos alumnos que han aceptado tras poner innumerables pegas ir al viaje realizado por mi profesor de francés.
Sabiendo que algunos no han ido más lejos de Madrid y ya es mucho las preguntas de las madres son de lo más cómicas.
"¿Pero ahí qué comen?"
"¿Hay internet?"
"Seguro que hay mucho mangante suelto"
Señoras, en Francia se come normal, puedo decir que hasta mejor que aquí, que parece que en España solo hay patatas. 
En Francia hay internet. Sus hijos no van a estar desconectados de la civilización ni se les va a soltar en medio de un lugar perdido.
Y finalmente, en Francia hay el mismo número de mangantes y estafadores que en España.
Y termino diciendo que lo más triste es que no van para ver mundo. Van para comprarse ropa y ver Disneyland